Navegando en la tormenta: el arquitecto como capitán en el océano de la incertidumbre.
Cómo la capacidad de adaptación y la mentalidad abierta transforman la realidad de nuestra profesión. Con Andrés Goldberg.
↓ Años de oleaje
En su relato, Andrés rememora su recorrido como arquitecto: desde los días en la universidad y la ilusión de los primeros proyectos, hasta la frustración con la llegada de las primeras dificultades.
En el año 2019 ofrecieron a Andrés un proyecto que le cambiaría la vida: un obrador de heladería industrial. Aceptó el reto con ilusión, pero en el año 2020 comenzó la pandemia, multiplicando las dificultades técnicas y de gestión. Un camino duro, pero gratificante que le enseñó más que un “Máster”. Tras este proyecto, la escasez de trabajo le hizo volver a cuestionarse y buscar nuevas formas de vivir de su profesión.
Por suerte, Líderes para la Arquitectura apareció en su vida en el momento que más lo necesitaba, demostrándole que era posible vivir dignamente de la arquitectura sin trabajar 18 horas al día.
↓ La embarcación adecuada
A día de hoy, Andrés disfruta de su viaje en el océano de la incertidumbre. Es consciente de los desafíos, pero también sabe que encontrará la manera de adaptarse porque posee las herramientas.
Su historia es un testimonio de adaptabilidad y mentalidad abierta en la profesión. En sus palabras se descubre una realidad esencial: la arquitectura no se limita únicamente al dominio de las habilidades técnicas o creativas, sino que requiere también de un grado considerable de resiliencia para hacer frente a las circunstancias cambiantes.
Andrés ha comprobado en su práctica que la capacidad de adaptación no solo es un recurso vital para la supervivencia, sino que es una fuente de crecimiento personal y profesional. Cada proyecto afrontado, cada decisión tomada en un contexto de incertidumbre, ha aportado nuevos aprendizajes y perspectivas valiosas a su trabajo. También es vital a la hora de encontrar nichos desatendidos y proponer soluciones únicas donde pensamos que ya está todo inventado.
Y por cierto, aunque se diga fácil, no es un proceso sencillo. Exige coraje, perseverancia y metodología. Sin embargo, si algo subraya la experiencia de Andrés es la recompensa.
La arquitectura se revela más allá de un oficio, como un recorrido de exploración continua de las posibilidades. Y en ese camino, una mente abierta se convierte en indispensable aliada.
↓ Conoce más acerca de Andrés
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